Muertos y más muertos.
Números que esconden vidas malogradas.
Paz pisoteada y malherida.
Paz como quimera.
Padres enterrando a sus hijos, violando la ley natural.
Hartazgo de sangre derramada, de dolor, de guerra.
El hombre, enemigo de sí mismo.
Valentía entendida como fuerza.
¿Dios? Ocupado en sus asuntos.
Y los muertos se acumulan.
Basta. ¿Hasta cuándo?
Seres de coraje… ¡hacen falta ya!
Daniel Najnsztejn
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