LUCIANO LERMAN era un hombre normal -o al menos eso creía-, al que parió una madre normal –Lucía- en un parto normal en un hospital normal. Tenía un padre normal –Lisandro- y hermanos –Lucas y Lina- normales. Fue un niño normal con infancia normal, queloscumplasfeliz normal, fiebre normal. De adolescente se masturbaba de manera normal, fumaba porro normal, aspiraba normal y tuvo una novia normal –Laurita- , que pasó por un aborto normal en un sanatorio normal. Le gustaba la milanesa normal con huevo frito normal. Al llegar a los treinta se casó con una mujer normal –Linda- en una ceremonia normal bendecida por un rabino normal. Un trabajo normal con un sueldo normal. Una casa normal en un barrio normal con vecinos normales. Dos hijos –Lautaro y Lucy- normales. Los amigos todos normales (menos uno). Hacía el amor con Linda de forma normal –dos veces a la semana-. Una amante normal –Lucrecia- (la esposa de Lito, su amigo no tan normal). Una puta normal –Lily- a la que pagaba de manera normal por su servicio normal.
LUCIANO LERMAN un día se cansó. No fue un día normal. Para Lucía, Lisandro, Lucas, Lucrecia, Lina, Laurita, Linda, Lautaro, Lucy, Lito, y Lily no fue un entierro normal en un cementerio normal. No entendieron a LUCIANO LERMAN de tan ocupados que estaban (en ser normales).
LUCIANO LERMAN los mira y sonríe…
Daniel Najnsztejn