KURU-KURUPAN-KUPALI… (Allá en la tierra del agua donde el pez revolotea)

Allá en el Orinoco... en Nueva Jerusalén...allá en Kuru-kurupan-kupali…, allá en la tierra del agua donde el pez revolotea..., originarios pemones hijos del sol y la tierra... corren tras una lapa, tras la india, tras una estrella...

        Margen de la maja rivera del Orinoco encantado de negriazules y profundas aguas..., adusto veterano rio de paso lerdo...recónditos torbellinos…, a la orilla de altas palmeras...violáceas orquídeas ornan el paisaje, manglares que tejen collares trapecios, donde el niño indígena bambolea sus sueños..., días que escapan cual bandada de garzas ante los avizorados ojos del aborigen caimán de sus riberas.
       Peces de colores que en rondas verticales juegan a la vida con la mano del indio... chirrido de aves... cantar de pájaros, guacharacas y loros silvestres alegres ejecutan la sinfonía que rompe la mudez del silencioso... añejo rio...de entrañas voraces devoradoras de hombres con el impetuoso temple de los días mozos...el sol en las aguas muestra espejos refulgentes,...la pasión de sus canteras acarician el cuerpo de las hijas de la luna... que en campaneantes risas cortejan su varonil belleza...
      Allá en el Orinoco..., allá en la tierra del agua donde el pez revolotea..., allá en Kuru-kurupan-kupali.., vive el hombre manso, alegre,  esperanzado y libre..., aquel que Dios creó para habitar la tierra.
                                                                                     

Tibisay América