abril 15, 2010

la vida


Resulta que un día, unas manos intrusas nos sacan de un tirón del vientre de la mujer donde estábamos tan calentitos, empezamos a respirar y buscamos una teta. Se dice que, con leves sutilezas, todos comenzamos más o menos así.

Aparecemos de repente en diversos lugares, al pie de una montaña o cerca del mar, en grandes ciudades o en villas; y se hacen cargo de nosotros gente que finge destreza en el conocimiento de las variables que atraviesan al ser humano. Esa gente se divide, generalmente, en padres y madres, y pueden presentar características muy distintas. Por ejemplo, suelen tener diferentes condiciones físicas y genéticas (blancos, mestizos o negros), o económicas (pobres, medios o ricos). También los hay inseguros e ignorantes (xenófobos, fascistas, etc.), sensibles e intuitivos (artistas, trabajadores, científicos), o ladrones (empresarios, o incluso sujetos armados o enmascarados que roban almacenes y otros comercios).

Lo cierto es que a partir a ese momento comenzamos una carrera con vallas y otros obstáculos que finaliza cuando perdemos el equilibrio, caemos y permitimos el ingreso a nuestros cuerpos a distintas especies de gusanos, generalmente pertenecientes al orden de los dípteros. Se dice que, con leves sutilezas, todos terminamos más o menos así.

Resumiendo: entre el principio y el fin, sólo existe la carrera. O más precisamente la vida. Un tiempo y un espacio donde nos alimentamos y procreamos; una tensión entre el deseo reprimido y liberado. Una obra de arte que puede emocionar a alguien o pasar inadvertida.

    3 comentarios:

    Helen Maran dijo...

    ESTUPENDO TEXTO Y MUY BUENA ENTRADA, MIS SALUDOS DESDE EILAT.

    dany dijo...

    Muchísimas gracias Helen. Soy un ferviente admirador tuyo.

    Anónimo dijo...

    cada cosa que leo de crimi es mejor que la anterior. buenisimo el texto.